La atención farmacéutica pediátrica tiene como misión mejorar la calidad asistencial del niño garantizando el tratamiento más adecuado y seguro para conseguir finalmente resultados en salud óptimos.
Este objetivo se consigue si existen farmacéuticos hospitalarios especializados en Pediatría, que estén integrados en el equipo asistencial aportando conocimiento y valor a las decisiones farmacoterapéuticas. Al mismo tiempo el farmacéutico pediátrico debe tener los conocimientos técnicos propios del farmacéutico de hospital, para aportar en las distintas áreas de la farmacia el punto de vista pediátrico como por ejemplo en la selección de formas farmacéuticas adecuadas a Pediatría o en la formulación magistral, entre otras.