En esta ocasión, entrevistamos a Esther Rodriguez Murphy, Farmacéutica Especialista Adjunta del Servicio de Farmacia del Hospital de la Santa Creu i Sant Pau y responsable, actualmente, del Área de Preparación de Medicamentos en este hospital.
Esther trabajó en el Reino Unido en dos hospitales, ejerciendo primero como farmacéutica clínica banda 6 rotacional en el West Suffolk Hospital (2011). Después en el Royal Free London NHS Foundation Trust como farmacéutica clínica banda 6 rotacional el primer año y como farmacéutica clínica banda 7 rotacional especialista en onco-hematología, nutrición artificial, pediatría y preparación de medicamentos los siguientes tres años (2012 a 2016). En el Royal Free cursó el Diploma en Farmacia Clínica en la University College of London durante tres años, y se especializó.
1. Tras tu amplia experiencia trabajando como especialista en UK, ¿Qué diferencias fundamentales encuentras entre el modelo actual de Farmacia Hospitalaria en España y el de UK?
Ambos modelos de Farmacia Hospitalaria difieren bastante. Sorprenden por ejemplo las amplias plantillas de farmacéuticos especialistas y técnicos en relación al número de camas, la variada cartera de servicios, la estructura organizativa de los Servicios de Farmacia alrededor de una farmacia central y múltiples satélites, la distribución de medicamentos que no se realiza por unidosis.
Pero lo que más llama la atención es la importancia que tiene el farmacéutico clínico dentro del equipo multidisciplinar ya que la mayor parte de la jornada la pasa en las unidades clínicas (UC).
2. ¿Cómo es el día a día del farmacéutico hospitalario en UK? ¿Qué cambios tendríamos que realizar en España para poder conseguir mayor integración en el equipo asistencial?
El día a día de un Clinical Pharmacist se desarrolla mayoritariamente en las unidades clínicas que tenga asignadas. Ejemplos de sus tareas durante el pase de planta son el asesoramiento en selección de medicamentos para optimizar las terapias, diseño de planes farmacoterapéuticos para pacientes individualizados, información sobre los posibles efectos secundarios y revisión de interacciones, conciliación de tratamiento e información clínica a médicos y enfermeras. Durante el resto de la jornada, resuelve las cuestiones que hayan surgido durante la visita a sala, trabaja en dispensario, gestiona las altas y atiende otras responsabilidades que varían según el puesto. Serían ejemplos: consulta en policlínicas, asistencia a reuniones y comités multidisciplinares, desarrollo de guías de práctica clínica, etc.
Para llegar a este nivel de integración en las unidades clínicas, en UK se dio un cambio no solo cultural sino también estructural.
Se pasó de trabajar en la farmacia central centrados en la gestión del medicamento a trabajar en las UC, lo que hizo al equipo farmacéutico más accesible al resto del equipo multidisciplinar y además se definieron muy claramente las responsabilidades de los farmacéuticos y técnicos dentro de los equipos. Por otro lado se dio un giro en la formación del profesional con un componente clínico muy fuerte y especialización en áreas clínicas concretas.
3. ¿Qué actividades del proceso del uso del medicamento deja de realizar el farmacéutico? ¿Sobre quién recae la responsabilidad de su realización en el día a día?
El farmacéutico está mucho más centrado en las labores clínicas y dedica menos tiempo a labores logísticas que son asumidas por los técnicos de Farmacia.
4. ¿Por qué crees que en UK las plantillas de farmacéuticos crecen y aquí no en igual medida? ¿No estamos aportando el valor y la calidad a la asistencia a los pacientes que las Direcciones y Autoridades Sanitarias esperan de nosotros?
En mi opinión, no se trata de que no aportemos valor, sino que necesitamos poner cifras a esas intervenciones y presentar los resultados a los gestores.
En UK las plantillas de farmacéuticos crecen porque dedican una parte importante de su tiempo a generar evidencia de lo que aportan y se presentan estos datos en formato “business case” a la dirección del hospital para negociar nuevos contratos y consolidar plazas. Pero lo más importante es que la solicitud de incorporación de un farmacéutico a un equipo no proceda solo del Servicio de Farmacia, sino que el resto del equipo multidisciplinar defienda esta figura ante la Dirección.
5. ¿Qué impacto tendría en nuestro día a día, si en los Servicios de Farmacia contásemos con técnicos con formación específica para todas las funciones a desarrollar? Algunos farmacéuticos temen que el disponer en los Servicios de Farmacia de estos técnicos, pueda restar puestos de trabajo para farmacéuticos ¿Cómo podrías convencerles de lo contrario?
En mi experiencia, todo lo contrario. El disponer de un técnico cuando subes al pase de visita a las salas, permite que te puedas centrar en tus funciones como farmacéutico clínico sin dejar desatendidas otras actividades. Mientras tú te centras en la selección de los pacientes candidatos a intervención farmacéutica, el técnico entrevista a pacientes nuevos, gestiona botiquines e incluso ayuda con información a pacientes sobre el uso de insulinas, inhaladores, la toma de anticoagulantes orales tipo warfarina y su monitorización, etc y preparan los informes y la medicación del paciente de cara al alta para que el farmacéutico tenga todo listo. Si no hubiera tenido el apoyo del técnico, hubiera sido muy difícil realizar todas las intervenciones farmacéuticas que conseguíamos al final del día.
6. Asumiendo que en España estamos empezando a trabajar en un modelo de atención farmacéutica para la continuidad asistencial. ¿Podrías explicarnos como están trabajando los farmacéuticos en UK? ¿Cuál es el grado de interacción entre los farmacéuticos de todos los niveles asistenciales hospital, atención primaria, sociosanitarios y oficina de farmacia? ¿Cómo lo han conseguido?
El farmacéutico tiene un papel fundamental como nexo entre los diferentes niveles de asistencia sanitaria y trabaja diariamente en constante comunicación con centros sociosanitarios, hospitales de cuidados paliativos (hospices), centros de diálisis, oficinas de farmacia, hospitales psiquiátricos, etc. Nuevamente, el técnico es quién muchas veces centraliza todas estas comunicaciones.
7. El modelo de formación académica en la Universidad española, ¿capacita para disponer de profesionales altamente cualificados para poder aportar el conocimiento en el cuidado al paciente que se espera en un modelo de continuidad asistencial? ¿Qué y cómo tendría que cambiar?
El profesional farmacéutico español está más que preparado para afrontar estos retos y está muy bien valorado en UK. Pero creo necesario un cambio en los planes de estudio de Farmacia en España con una visión más clínica y una aplicación laboral más práctica al terminar la Licenciatura. En UK se cursan 4 años de Licenciatura cuyo currículo dedica una parte muy importante al aprendizaje del manejo de la farmacoterapia de los pacientes agrupado por patologías, se debaten ejemplos de casos clínicos reales y se realizan estancias en muy diferentes sectores (atención primaria y especializada, industria, oficina de farmacia, etc.).
8. En España se está debatiendo sobre la necesidad de la recertificación profesional ¿cuál es el enfoque y como se realiza el plan de desarrollo profesional y la recertificación en UK?
En UK todo farmacéutico ha de superar un proceso de recertificación cada 2 años demostrando que mantiene sus conocimientos y habilidades profesionales actualizadas mediante presentación de un portfolio de evidencias que demuestran competencias predefinidas por el General Pharmaceutical Council. Es el GPhC quién evalúa el portfolio y te consideran apto o no apto para desarrollar tu profesión (fit to practice). Concretamente a nivel de hospital, los distintos niveles de carrera profesional están muy bien definidos y conllevan formación continua e incremento de las responsabilidades asociadas (Certificate, Diploma, Advanced Practice Portfolio, Consultant, Independent Prescriber, etc.).
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